Hoy he decidido salir a cenar con unas amigas. Estoy en casa acabando de arreglarme y suena el móvil: un WhatsApp. Es mi amiga Laura. Me ha enviado una foto con el vestido y los zapatos que se va a poner. Quiere saber si me gusta y preguntarme qué tipo de ropa voy a llevar. Yo, que estoy casi lista, me voy al espejo, me hago una foto y se la envío. Carita sonriente. Son las 9.20 y hemos quedado a las 9.30. Esta vez sí que voy a llegar a la hora. Me dirijo a la habitación a por el bolso mientras recuerdo mi mantra: dinero, móvil, llaves. Lo llevo todo.
Llego al restaurante a las 9.30 en punto. Soy la primera. Bueno, no pasa nada. Me siento y envío un WhatsApp al grupo para decirles que ya estoy aquí. Aprovecho para mirar las novedades de Facebook. Dos minutos después, Sara entra mirando el móvil, nos saludamos y se sienta a mi lado. Dejamos los móviles en la mesa, pedimos una cerveza y empezamos a hablar.
— ¿Te has enterado de lo de Sofía?
— ¿Qué Sofía?
— La chica que trabaja en el supermercado que hay al lado del polideportivo.
— Pues no sé quién es.
— Sí, sí que la conoces. Estuvo saliendo con Javi. Tiene más o menos nuestra edad...
— Pues no sé...
— Espera un momento, creo que la tengo como amiga en el Facebook...
Sara coge el móvil para buscarlo. Yo también cojo el mío. Una luz verde no deja de parpadear. Es otro WhatsApp: Gloria se retrasa. ¡Ostras! Me acabo de acordar de que Juan me había dicho que había un concierto a las 12 y quería que fuera con él. Le envío un WhatsApp.
— Ya la he encontrado. Es esta chica.
— ¡Ah! Sí, sí que sé quién es... ¿Qué pasa con ella?
— Me han dicho que su ex ha colgado unas fotos bastante fuertes en un chat y ha puesto su número de teléfono para que la llamen.
— ¡Qué fuerte!
— Ya ves...
— ¿Y cuándo te has enterado?
— Esta mañana.
— ¿Has visto las fotos?
— No. Me lo ha contado Jorge.
Otra vez la luz verde parpadeante. Es Juan. Me ha enviado una foto y pone: ¿Te acuerdas de Sofía? Mira lo que me han pasado...
Esta historia es producto de mi imaginación pero está basada en hechos reales. Los jóvenes son los más vulnerables ante este tipo de situaciones porque no se dan cuenta del alcance que puede tener una foto cuando cae en malas manos o cuando se publica en la red. A este respecto, he encontrado una antigua campaña publicitaria sobre el ciberacoso que me ha parecido interesante añadir a este artículo.
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